MI PRIMER IM: A los 55
SI TU QUIERES: TU PUEDES.
Había disputado muchas maratones hasta mis 53 años; Madrid, San
Sebastián, Jarapalos, Londres, New York, Berlin; pero la edad y las
marcas, junto con las lesiones no me permitían ya disfrutar como lo
hacia antes; es en este preciso momento cuando Sergio, un gran amigo,
me invita a participar con un grupo de compañeros, en Lisboa, en un
medio ironman. No tenia bici y apenas podía hacer 500 m a nado, pero
desde el primer momento supe que ese era el reto a superar, y así fue,
lo hice, y descubrí lo divertido y lo bien que me adaptaba al triatlón,
y sobretodo lo que me aporta, como reto y como satisfacción personal,
cosa que había perdido en los maratones.
Tras Lisboa vinieron el Titan, el Ican, los Xchaleger..etc. Era
el momento de hacer un IM completo, y siguiendo los pasos de Ramon
Garcia, un triatleta murciano amigo, decidí por Alemania. Como
Frankfurt es casi imposible pues optamos por Regensburg. Lo solicite, y
a principios de Diciembre me lo conceden. Pagamos y manos a la obra,
o sea a entrenar de lo lindo. Como había hecho hasta ahora mi plan de
entrenamiento era totalmente autodidacta, hasta que otra vez mas los
sabios consejos de Sergio me pusieron en manos de un entrenador que me
guiase y me ayudara a conseguir tal propósito:
Jose Manuel, MUCHISIMAS GRACIAS, porque sin ti este sueño no
se hubiera realizado. Has conseguido en mi la realización de un IM con
un nivel de competición y de dureza que sin tus profesionales consejos
y directrices no lo hubiera superado; y menos con 55 años. Repito:
MUCHISIMAS GRACIAS.
Tras unos meses de fuertes entrenamientos y un complicado aparato
logístico, el día cinco de agosto me encuentro en la bella ciudad de
Regensburg retirando el dorsal 944, tras pago de 15 € y preguntando en
información algunas cuestiones que no tenia del todo claras, como si
podía correr la maratón con música, claro yo no esperaba la música de
miles de espectadores animando durante los 42 k, entre ellos un grupo de
españoles, mi cuñada y por supuesto mi mujer, que cada vez que los
veía me daban alas para correr mas y mas.
A las 4 am estábamos todos levantados para ir al desayuno y
hacerlos correspondientes menesteres y aseos. Tomamos nuestro SEAT
Ibiza de alquiler y nos dirigimos al lago Guggenberger, a 16 km de
Regensburg, para dar comienzo la prueba. A 3 km del lago nos detienen,
pues esta todo cortado para la competición, y nos dirigimos a pie hasta
la zona marcada de boxees. Los partes anunciaban lluvias persistentes
hasta las dos de la tarde, y vamos que no se equivocaron para nada, ya
poniéndome el neopreno nos cayó un chubasco que nos caló como a las
sopas. Tras sonar el himno alemán, a las 7 en punto dan el pistoletazo
de salida. No estaba nervioso, pero sabia que el reto era fuerte. La
salida fue muy buena hasta que llegué al embudo de las primeras boyas y
desde ahí hasta el final me fueron dando de lo lindo. Yo solo mido 168
cm y en el agua soy muy vulnerable frente a los gigantones
centroeuropeos. Tras 1.06 h. en natación tomé la bici dispuesto a
realizar los 180.2 km. Tenia mucha confianza en mis posibilidades pues
la bici es un puntal a mi favor, lo que no me esperaba eran las 5 horas
de lluvia y viento que me acompañarían en todo el recorrido. Las duras
subidas las hacia con holgura, sin pasarme de vueltas y adelantando a
muchísimos participantes, me acordaba de Ramon cuando me decía que
subir en bici lo hacen los que vivimos de pirineos hacia a bajo. Ahora,
en las bajadas me pasaban como aviones, le tenia miedo al agua y a un
posible accidente, como luego así fue; me salí de la carretera en una
curva cerrada y me fui contra el público, que fueron los que me
ayudaron a no besar el suelo. Pensé en ese momento que yo no había
venido a Regensburg para visitar el hospital y durante todo el trayecto
fui lo mas cauto posible, siguiendo todas las directrices de Jose
Manuel.
A la maratón le tenia autentico pánico, siempre he dicho que el
plato mas duro del triatlón es la carrera, pues ya llegas escasito de
fuerzas. Este día fue todo lo contrario, es lo que mejor me salió, 3.30
en los 42 km. Pero lo sorprendente es lo bien que me encontraba; mis
sobrinos que me seguían por Internet me comentaron que en el kilómetro
31 estaba corriendo a 3.50 m/km. Al final me relajé un poco para
disfrutar los últimos momentos. Entre en meta gozoso, alegre y
sobretodo muy entero que es una de las metas que perseguía. No quería
sufrir en exceso y así lo hice.
El Lunes 8 de agosto fuimos al centro de recepción del IM para
ver los resultados; sabía que no lo había hecho del todo mal, pero que
Hawai estaba difícil. En un principio me incluyeron en una categoría que
no es la mía, hasta que tras reclamar y esperar los resultados finales
me comunican que estoy entre el sexto o séptimo de mi categoría de 55
a 59 años. Pensé que no estaba mal para ser mi primer IM. El primer
clasificado me llevo unos 20 minutos y que el proyecto de Hawai es
viable. Si yo en vez de ser ciclista de secano lo fuera de mojado, al
tramo de bici le hubiera quitado de 10 a 15 minutos.
Cuando dieron los trofeos de mi categoría, no voy a negar que me
hubiese gustado estar en el podium, que es el regalo que deseo hacerle a
Jose Manuel, pero no fue así.
Deseo terminar contando el momento que mas me emociono y que
espero que me ayude a seguir con el triatlón todo el tiempo que la
salud me lo permita. Cuando en el recinto donde se entregaban los
premios subieron a retirarlos los atletas de más de 65 y 70 años; las
2000 personas que había, se levantaron y rompieron a aplaudir como yo
jamás había visto. El reconocimiento al esfuerzo y a la constancia
deportiva quedaba patente. Allí nadie miraba los tiempos invertidos ni
les decían viejos canosos como por ejemplo a mi me ha llamado aquí;
sino todo lo contrario aplausos y mas aplausos. Este hecho me da pie
para seguir e intentar entrar en Hawai, pero por la puerta grande.